Una visita-taller diferente.
Definitivamente sí, aprender puede ser divertido.
Despertamos la imaginación, nublando algunos sentidos.
👁 Museo Thyssen-Bornemisza.
Como os veníamos anunciando en MadridconM, hemos hecho una visita-taller al Museo Thyssen con el excelente equipo de EducaThyssen. En esta ocasión hemos elegido una de las dos nuevas propuestas del Museo para este curso.
Pensábamos en algo muy distinto, efectivamente, lo es. Desde el principio, nos explican, vamos a olvidarnos de ver los cuadros y el mundo en general, como siempre lo hemos hecho. Blanco sobre blanco. Nos invitan a descubrir las obras del Museo jugando con las conexiones entre color y nuestros cinco sentidos.
El poder de la imagen. El cerebro recuerda el 10% de lo que oímos, el 20% de lo que olemos y el 80% de lo que vemos, nos cuentan.
También nos explican que para diseñar esta visita se han basado en experiencias anteriores en el Museo que han adaptado al taller y que ya han hecho algo parecido, recientemente, en el Campamento de verano: «El gabinete del Dr. Haustein». Los participantes podían investigar, hacer experimentos y encontrar sus propias respuestas a diferentes retos y preguntas sobre el arte. Además, para el diseño del taller, también se han fijado en la forma de trabajar de algunos artistas, como Kandinsky; nos explican qué es la sinestesia
«Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente«.(RAE)
Por ejemplo que al ver un color «oigas» un sonido ¿se pueden oír los colores? ¿Se pueden oler ? ¿Los cuadros tienen tacto? Nos acercaremos a la obras del Museo desde una nueva perspectiva, nos invitan a vivir una experiencia colectiva y diferente.
Descubrimos cómo el color y los sentidos están unidos a través de cinco obras de nuestra Colección. Si bien las cualidades visuales y culturales del color pueden darnos una visión limitante de su significado, en esta visita abriremos nuevos caminos experimentales y perceptivos. Una aventura en la que descubriremos el poder de nuestros cinco sentidos.

Comenzamos la visita a la Colección en la SALA de retratos alemanes de los siglos XV y XVI vamos a experimentar con el olfato. El sentido más evocador de recuerdos.
La educadora trae en una bolsa varios enigmáticos frasquitos sin nombre, que reparte al azar entre todos. Recorriendo la sala con calma, debemos elegir qué cuadro nos huele como el aroma que hay encerrado en el que nos ha correspondido. Es difícil, dudamos. Finalmente, para mí muy curioso , la mayoría de los niños han elegido el mismo retrato. Me gustaría saber si esta coincidencia es habitual.
Avanzamos por las salas hasta llegar a «Mata Mua» (Érase una vez) de Paul Gaugin, 1892, que nos va a servir para reflexionar sobre el gusto. Hay algunos elementos del cuadro que nos señala la educadora para, al final, hacer una puesta en común, un intercambio de sabores…
…vainilla, canela, arándano, ciruela, dulce de leche, berenjena, mango, espinacas, Tabasco y coliflor.
En una Sala de la Colección Carmen Thyssen de obras de principios del siglo XX, vamos a centrarnos en el tacto. ¿Qué nos inspiran los cuadros de esta sala?
Paseando elegimos Casa en Dangast (La Casa Blanca) de Erich Heckel, 1908.
«Rugoso» dice [M]; es un lienzo sin preparar, nos aclara la educadora.
Más intervenciones: «rugoso y suave» «con pinchos» dice otra voz infantil.
Finalmente nos dirigimos al taller EducaThyssen, nuevamente el oído, el tacto y , por último, el olfato. Nos vendamos los ojos para los distintos experimentos que nos aguardan.
Vamos haciendo nuestros registros de percepciones en unas hojas alargadas ¡individualmente! ¡No vale mirar! Sin embargo las coincidencias en los registros son muy comunes y en muchas ocasiones curiosísimas.
Nos ha faltado el gusto pero nos cuentan que, como ahora son frecuentes las alergias alimentarias, no lo hacen por precaución; aunque nos invitan a experimentar y nos ofrecen varias ideas para ponerlo en práctica en casa.
En resumen muy muy original y participativo, nos parece que pueden hacerlo niños bastante pequeños, se lo pasarán estupendamente, les emocionará la novedad de la experiencia; a los más mayores les despierta la curiosidad, la apertura a nuevos planteamientos. Reflexionar, experimentar, intercambiar, buscar, conocer, cuestionar, crear, innovar…¡nos encanta!
“La Educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo.” Paulo Freire
Como despedida ¿nos vamos a las preciosas Terrazas del Thyssen?
Nota: Hemos ido a finales de septiembre pensando que ya estaría cerrada, pero parece que seguirá abierta mientras continúe el buen tiempo 👉🏻Terrazas del Thyssen