Entrada Palacio Real

Descubre el PALACIO

Aquí está la llave.

Visita VIP al Palacio Real

Plan divertido para niños.

👁  Visita al Palacio Real de MirArte

En más de veinte años viviendo en Madrid ya son varias las veces que hemos visto el Palacio Real, por distintos motivos. También antes, cuando veníamos «de provincias», lo visitábamos junto con otros lugares de interés que no teníamos en nuestras ciudades de origen como el Museo del Prado, el entrañable Parque de Atracciones…. Pero ninguna de las anteriores visitas nos ha gustado como esta, nuestro contacto dentro de Palacio era estupendo y las ocurrencias de los niños sensacionales. Nunca lo habíamos disfrutado tanto, el recorrido es lúdico y dinámico.

El punto de encuentro está en la entrada del Palacio antes de subir una gran escalinata; desde aquí, al final del primer tramo, vemos el Escudo Real. Nuestra guía, Celia, se presenta ataviada con un uniforme color azul de Gentilhombre de Cámara. Después de la bienvenida nos enseña su llave que ha pasado por todos los miembros de su familia generación tras generación, nos cuenta.

Brevemente nos hace una introducción. El Palacio Real de Madrid, nos explica, con sus 13.500 metros cuadrados, es el más grande de Europa. Se mandó construir en 1738 por Felipe V en piedra porque, como todos sabemos, el antiguo Alcázar de los Austrias, que estaba en el mismo lugar, desapareció devastado por un incendio la Nochebuena de 1734.
El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial del Rey de España pero no habita en él, sólo se emplea en las ceremonias de Estado.
La primera curiosidad, en la que no reparamos, es que esa enorme escalinata, probablemente jamás fue subida a pie por ningún rey ni reina, ellos iban en sillas de manos transportados por sus lacayos o tal vez a caballo. Los niños observan asombrados la Escalera principal de acceso al Palacio. La fastuosa escalinata de piedra gris es el  arranque de la visita del público.

Como es domingo y está atestado de visitantes, resulta difícil hacer fotografías incluso de esta primera parte, la única en la que está permitido.

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Llegamos a las dependencias de Palacio. La primera parada la hacemos en la Sala de Alabarderos (guardias que portaban alabardas) es amplia pero bastante sencilla. Aquí dos niños hacen una primera intervención muy graciosa, con su hacha-lanza al hombro. Nos explican que vamos a hacer un recorrido especial, que no es la visita normal y que otros visitantes nos mirarán con cara de sorpresa e incluso pretenderán seguirnos. Nos sentimos muy importantes.

Seguimos nuestra visita a Palacio hacia los cuartos del rey, entramos en una sala entelada con damasco rosa, era donde comía el rey que, nos aclaran, cenaba en otra sala y desayunaba y se vestía en una tercera; esta última es el Salón Gasparini de estilo rococórecubierto de seda, con suelo de mármol de 300 tipos distintos, lámparas de araña de cristal y bronce, techo de estuco imitando a la delicada y frágil porcelana…pero la joya del salón, nos cuenta nuestra guía, es el Reloj del Pastor con mecanismo y autómatas, que fue encargado por su hermano Fernando VI a un relojero suizo. Hay relojes por todas partes ¡600! nos dicen, Carlos III los coleccionaba.

Salón Gasparini
Salón Gasparini. Patrimonio Nacional

Para los Reyes vestirse era un acto público, no privado como en la actualidad. Nos muestran un cuadro de Carlos IV con la indumentaria de la época (casaca, calzón chupa, camisa, botas sombrero y peluca) ¿Algún voluntario querría que le ayudaran a vestirse como un rey?

Varias intervenciones de los niños, hechas se en momentos clave de la visita, hicieron que nos riéramos mucho con ellos.  Siempre quieren participar,  son momentos  geniales y hacen que los demás estén muy atentos, pendientes de cuándo será la próxima.

Seguimos haciendo nuestro recorrido de visitantes muy especiales por el tranvía de de Carlos III al dormitorio, es una habitación entelada en azul y dorado, pasamos por  otro salón recubierto de porcelana, la Saleta de Porcelana, y llegamos a la Saleta Amarilla.

Nuestra siguiente parada es en el Comedor de Gala, que eran las antiguas habitaciones de la Reina (dormitorio, vestidor y besa-manos) Unos arcos, que todavía se conservan, nos dejan imaginar por dónde debían ir los antiguos muros. La mesa del comedor mide aproximadamente 80 metros de largo y en ella caben 200 comensales. El protocolo para sentarse sigue el modelo francés (los Reyes en mitad de la mesa, el Rey mirando al ventana). Es en el modelo inglés en el que los Reyes se sientan en ambas cabeceras de la mesa, nos aclaran. Cuando se pone la mesa para una cena de gala se utilizan reglas para dejar todo colocado con las medidas exactas, muy curioso.

Mesa de Gala
MirArte

De nuevo, una intervención de los niños montando una mesa, les facilitan (en metacrilato) todos y cada uno de los elementos que deben colocar correctamente: las copas de los distintos tamaños y formas, los cubiertos y los platos. Todos colaboran y. aunque hay algunas dudas, finalmente se ponen de acuerdo.

Pasando por un corredor al lado del patio del Príncipe hacia la Capilla Real, a ambos lados de la puerta están los Reyes Católicos, la vemos rápidamente para detenernos un poco más en una sala donde, en vitrinas, se guardan varios instrumentos musicales de cuerda  de Antonio Stradivari: una viola, dos violines y un violonchelo, regalo de Carlos III a Carlos IV, que forman la colección de Stradivarius Palatinos más importante del mundo.

Estamos terminando nuestro día en Palacio, pasamos por una sala en la que se guardan en vitrinas los símbolos de poder: el cetro y la corona, el bastón de mando y el Toisón de Oro y, por último, una visita al Salón del Trono atravesando, como en nuestras anteriores paradas, el cordón.

Salón delTrono
Salón del Trono. Patrimonio Nacional

Profusamente decorado al gusto de Carlos III, es de los pocos salones que se conservan tal y como se concibieron en origen, tradicionalmente los sillones del Trono era lo único que se renovaba en cada reinado; entelado en rojo, hay cuatro  leones hechos con los moldes que trajo Diego Velázquez de Italia, cuando estuvo trabajando en la embajada de España. Esculturas de las  cuatro virtudes que debe tener un rey: Prudencia, Fortaleza, Justicia y Templanza. También esculturas de los Astros. La bóveda del techo decorada por Tiépolo y lámparas de araña y un juego de espejos que generan la ilusión óptica de aumento del espacio, completan la decoración.

Hoy el salón se destina únicamente a actos oficiales anuales, como el de la Pascua Militar o la recepción al Cuerpo Diplomático.

Aquí aprovechamos para ver la última intervención de los niños, de dos de ellos, ataviados como Reyes,  hacemos una ceremonia de besamanos de despedida.

¿Qué os parece? ¿Os apetece pasar un día en Palacio?

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