No es La Provenza, es Brihuega.
Viaje a La Alcarria.
👁 Turismo de Brihuega
En un viaje improvisado a un lugar muy especial donde hace tiempo teníamos ganas de ir con amigos (uno de ellos fotógrafo) y con muchas ganas de pasarlo bien. En el caluroso mes de julio, desde hace años, se viene celebrando una fiesta durante la época de floración de los campos de lavanda en la localidad de Brihuega. Nosotros, después de hablarlo durante mucho tiempo, finalmente lo decidimos el día antes y nos fuimos con muchas ganas, «a la aventura».
Sólo a 90 km desde Madrid y ubicada casi en el centro de la Península Ibérica, en la provincia de Guadalajara, Brihuega es conocida como «El jardín de la Alcarria«, está situada en el valle del río Tajuña, a una altura de 898 metros sobre el nivel del Mar, rodeada de zonas verdes.
Es una localidad declarada Conjunto Histórico-Artístico, con una importante historia que nace en épocas muy pretéritas pues en sus alrededores se han hallado necrópolis celtibéricas y algunos restos romanos y visigodos.
Antes de llegar, nuestra ansiedad por ver ya los campos de lavanda nos llevó a dar vueltas por sus alrededores buscándolos. Es verdaderamente mágica la luz, el mar de color púrpura que llega hasta el horizonte, el olor y … ¡el sonido! el zumbido de las abejas libando el néctar para volver a la colmena. Son millones de abejas trabajando incansables a las que «si no las molestan, no hacen nada», como nos dijeron los conocedores de la zona.
Nuestra falta de programación en este caso, nos llevó a aparcar nada más llegar a Brihuega junto a uno de los más curiosos museos en los que hemos estado (y ya sabéis que son muchos 😉) El Museo de Miniaturas del Profesor Max , en el antiguo Convento de San José, es una exposición de objetos de todo tipo a escala reducida. En realidad su nombre era Juan Elegido Millán, (1912-1975) especialista en hipnosis y telepatía que recorrió medio mundo con sus espectáculos. El origen del Museo, nos cuenta su actual director y sobrino del Profesor, es su costumbre de traer algún recuerdo de cada lugar en el que estaba (el tamaño reducido hacía más fácil su transporte). Reunió más de 65.000 miniaturas que incluyen Premios Guiness de los récords: la casita de muñecas más pequeña del mundo, la pintura más pequeña del mundo (en un alfiler) o la escultura más pequeña (sobre una cerilla). Muchas curiosidades de todo tipo que no sólo sorprenderán a los más pequeños. Si tenéis la suerte de ir en un momento en el que no haya mucha gente, el sobrino del Profesor Max les puede hacer algunos juegos a los niños.
En nuestra excursión los restaurantes de la localidad, aunque ofrecen varios turnos de comidas, estaban llenos. Reservad con antelación si queréis comer morteruelo o un asado de cabrito, son pocos los lugares en los que lo preparan y, aunque vayáis entre semana como nosotros, los comedores están completos.
Nosotros comimos en la cercana Torija, en el Asador Pocholo, un menú casero en el que todo estaba rico. Deliciosos los postres, sobre todo la tarta de coco y el yogurt casero. Esta excursión inesperada nos hizo conocer el Castillo templario de Torija, que no estaba en nuestro planes. Completamente rehabilitado, en la actualidad es el Centro de Interpretación Turística de Guadalajara. La primera planta está dedicada a mostrar la diversidad natural de la provincia, la segunda ofrece una visión de la riqueza monumental (desde los edificios singulares a la arquitectura negra, la sencillez del románico, el Renacimiento,…) y en la tercera puede verse una muestra de la cultura popular. La Torre del homenaje está dedicada al libro «Viaje a la Alcarria» de Camilo José Cela. Con pequeñas sorpresas, sobre todo para los visitantes más pequeños, y muy interactivo, es un plus si vais con tiempo.
Una vez de vuelta en Brihuega callejeamos sin rumbo entre sus casas. Tras un paseo por la Plaza del Coso y caminando por la localidad adornada para la ocasión nos encontramos con una floristería preciosa Zinnias, en la calle de las Armas, donde comprar lavanda, fresca o seca, presentada de mil formas; después llegamos a una plaza adyacente a la Iglesia de San Felipe, de estilo románico de transición al gótico (habitualmente abierta, se puede entrar), para merendar algunas delicias en La Celestina, cuidan hasta el último detalle: exquisita la limonada de lavanda, el té frío, el bizcocho casero aromatizado con lavanda y riquísima la tarta de té matcha. También en la plaza hay pequeños y preciosos puestos con clásicas aplicaciones de lavanda y otras muy originales: sales de baño, esencias, para perfumar los armarios, pero también remedios para el insomnio …
También cerca está Las cosas de mi hermana, en el Paseo de la Fábrica 2, donde compramos miel; allí, muy amablemente, nos enseñaron todas las delicatessen de la zona y nos explicaron cuál es la diferencia entre la lavanda y el espliego. ¿Sabíais que el espliego es una lavanda «salvaje»?
Durante el mes de julio se celebra en Brihuega el famoso Festival de floración de la lavanda con conciertos, recorridos por los campos de lavanda y otras actividades, fundamentalmente durante los fines de semana.
No nos dió tiempo a visitar la Real Fábrica de Paños, fundada a mitad del siglo XVIII que fue una de las instalaciones industriales más importantes de la época y que tiene unos preciosos jardines rehabilitados de tipo versallesco ni el Castillo de Piedra Bermeja del que solo conocimos la leyenda. Ya se hacía tarde, antes de marcharnos queríamos hacer nuestro último reportaje fotográfico al atardecer… Así que ¡no nos queda más remedio que volver!
¿Ya conocéis Brihuega? Contad, contad. Si no es así os lo recomendamos muchísimo.
¡Feliz fin de semana!
y ¡Feliz verano!
Sólo un apunte…el espliego es una lavanda silvestre que nace espontánea en La Alcarria, en concreto es lavandula latifolia. La que se cultiva en Brihuega es lavandula angustifolia o lavanda vera o lavanda fina.
También se cultivan lavandines, que son híbridos entre las dos anteriores.
¡¡Enhorabuena por el reportaje!!
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¡Gracias por compartir tus conocimientos, Javier! 😊
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Que maravilla!! Una excursión oreciosa que nos apuntamos para ir en cuánto sea posible. Preciosas fotos!
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Sí, es maravilloso (por bonito, por tranquilo …) y la gente tan hospitalaria que además es un lugar muy acogedor. ¡Un planazo para desconectar!
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