El Mago Pop, una magia muy personal.
Ilusiones al ritmo de la música.
✔️ TEATRO RIALTO
De la amplia cartelera que nos ofrece en esta época Madrid, [M] escogió ir a ver al Mago Pop. Su elección fue rapidísima, le habíamos visto en televisión haciendo unos juegos verdaderamente mágicos e impactantes y en ese momento ya nos lo había dicho ¡tenemos que ir a verlo! (estábamos de acuerdo)
No es un espectáculo de magia como los que estamos acostumbrados a ver, hay juegos sí pero con un toque de humor muy actual y refrescante; podéis aprovechar para verlo estos días de Navidad en Madrid, con niños de todas las edades, o más adelante (porque lo han prorrogado hasta el 24 de marzo).
Al llegar a la puerta, nada más entrar, te entregan «algo» (¿?) que hay que conservar durante el espectáculo… en su momento entenderéis por qué (la inteligencia colectiva)
En el teatro el llenazo es total. Esperamos impacientes el comienzo.
Desde el sorprendente corto de la introducción vemos que es un espectáculo un poco autobiográfico, Antonio Díaz nos cuenta que la ilusión de su vida era: ¡volar! Y que este es el espectáculo que siempre quiso hacer.
Los vídeos recreando la infancia del Mago, por qué decidió dedicarse a la magia, se entremezclan con juegos de manipulación de cartas, de bolas y de monedas y con apariciones y desapariciones (o teletransportaciones) que culminan con su sueño.
Quedan patentes las ganas de innovar y sorprender. Las pantallas y la tecnología tienen un papel importante en sus ilusiones, la juventud de sus ayudantes, junto a las intervenciones del Mago Pop con un humor rápido e inteligente y grandes dosis de improvisación, otorgan mucho ritmo al espectáculo en el que también se le da gran importancia a la música. Vitalista y alegre, con ritmo muy dinámico y divertido, música pop y rock muy conocida, nos hace pensar en la importancia de una buena banda sonora para crear un ambiente.
[M] continuamente preguntaba «Pero…¿cómo lo hace?» y «No entiendo cómo lo hace» y es que nuestra cabeza nos dice que no puede ser real mientras nuestros sentidos captan todo lo contrario. Asombroso e inexplicable y muy ilusionante. A mí personalmente me encantan sus rebobinados en vivo.
Son numerosas y desconcertantes las intervenciones del público, que nos dejan anonadados. Hay bromas y guiños adultos; son misteriosos los números, las adivinaciones, las desapariciones y las apariciones ¡son mágicas! La teletransportación de enormes dimensiones nos parece increíble…
«A mí me gusta toda la magia y yo creo que el espectáculo lo demuestra porque hay de todo. Sí que es cierto que a la que he dedicado más horas en mi vida es a la magia con las manos, la habilidad, la manipulación de cartas, de bolas, de monedas, y hay un pequeño homenaje a todas esas horas de niño y de adolescente, pero este espectáculo tiene también la pretensión de ser grande y de hacer ilusiones de las que nos hacen soñar, ilusiones imposibles y de gran formato», explica este fan declarado de David Copperfield, en una entrevista a El Mundo.
Memorable desde el principio (el corto del comienzo me impactó, todavía lo pienso, si no ya me lo diréis) hasta el fin del espectáculo que se hace ameno y muy muy corto. Un espectáculo muy personal y original, moderno y optimista y con mucho humor. A nosotros nos gustó muchísimo y os lo recomendamos con entusiasmo.
Al final Antonio Díaz tiene la paciencia infinita, porque se forman largas colas, de fotografiarse con el público y firmar autógrafos con agilidad y eficacia, todo en el espectáculo está perfectamente organizado.
Por último, su mensaje: no dejes que te etiqueten y te digan qué es lo que puedes o no hacer, con ilusión y esfuerzo se puede lograr todo ¡hasta volar! Porque…
¡Nada es imposible!
Madrid con M 