Mágica exposición para admiradores de la saga.
«Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.»
Pequeños trucos para ir y disfrutarlo.
👁 RECINTO FERIAL IFEMA MADRID
Desde que la anunciaron, antes de su inauguración, sabía que [M] querría ir así que, en cuanto pude, organicé un plan sorpresa para ir a merodear, a la salida del cole, en los últimos días de clase antes de las vacaciones de Navidad. La emoción nos invadía desde antes de llegar, con la túnica de Gryffindor en la mochila (de Hermione, dice [M]) llegamos hasta la puerta.
Nada más llegar os aconsejamos dejar los abrigos en las taquillas a la entrada a la derecha, en la exposición no hace frío y sólo serán un estorbo para mirar y hacer fotos de recuerdo (cuesta 1€ por persona); además no está permitido entrar con carritos de bebé ni mochilas y son estrictos con eso. Sí que podéis ahorraros la audioguía, es más una complicación que una necesidad, está todo tan a la vista y tan bien explicado que no es necesaria.

Por lo que nos han dicho no era uno de los días con más cola. Sí había gente, porque los turnos que organizan suponen entrar todos a la vez, pero el truco está en ir con tiempo y aguantar la emoción de querer ver la primera sala nada más entrar, si puedes convencer al resto de la familia de saltar el dormitorio de la casa de Gryffindor, después la multitud habrá pasado y podréis volver sobre vuestros pasos para disfrutar al ritmo que cada uno quiera.
Sólo a algunos elegidos les pondrán el sombrero seleccionador
No hay nada escondido en tu cabeza.
Que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré.
Dónde debes estar.
«Valiente… osado…
mejor que sea de… ¡Gryffindor!»
Si alguna vez pensásteis que os gustaría subir al Expreso de Hogwarts, que sale del andén 9 y 3/4 de King’s Cross, os lo encontraréis de bruces nada más traspasar la puerta que nos conduce a esta exhibición, hay una estupenda reproducción del tren que todos pasan rápidamente pero en la que nosotros nos detuvimos, saboreándola bajo la nieve.
En las salas se reproducen distintos ambientes y reúnen todo tipo de artefactos y vestuario utilizados en las películas. Como os decíamos todo el mundo se detiene en la primera sala, es la reproducción del dormitorio de Harry, Hermione y Ron, allí están sus camas, sus uniformes, sus varitas y muchos otros objetos, algunos en vitrinas, como las gafas y la varita de Harry y su carta de admisión junto al “Marauders Map”
«Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, los proveedores de ayuda mágica a los traviesos se enorgullecen en presentar el Mapa del Merodeador.»
Hay zonas en las que se reúnen algunos de los objetos correspondientes a las asignaturas mágicas y las túnicas, accesorios y enseres característicos de los profesores Snape, Slughorn, Lockhart y de la profesora Trelawney.
La siguiente sala está dedicada a los deportes en Hogwarts, los pequeños muggles pueden jugar en un mini-quidditch y se pueden ver los uniformes del Torneo de los Tres Magos, las escobas voladoras y ¡la snitch dorada!
Uno de los lugares más logrados es la cabaña de Hagrid, pero ahí se forma una gran cola. Nosotros nos asomamos un momento desde la salida.
La zona de las artes oscuras fue la que menos nos gustó y en la que menos tiempo estuvimos, preferimos pasar hacia el siguiente ambiente que recrea el Gran comedor con velas flotantes en el techo, nos hubiera gustado que fuera más grande.
Teníamos muchísimas ganas de ir y como somos muy fans se nos hizo corto; de repente ya estábamos en la tienda, es la irresistible parada final en la que todo es “de colección” y aspecto auténtico: un colgante con el giratiempos de Hermione es el capricho más caro, hay preciosas varitas de todos los magos de Hogwarts en sus cajas genuinas (de la tienda de varitas «Ollivanders» del callejón Diagon) y un carrito de dulces de Honeyduke’s repleto de cajas azules con Ranas de chocolate Chocolate Frog (y cromos) y cajas de grageas de todos los sabores buenos y «asquerosos» Bertie Bott’s Every Flavour Beans,
También hay túnicas y complementos que pueden ser usados por muggles, pero no reparamos demasiado en ellos porque ya los traíamos de casa.
La capa de terciopelo de [M] con el escudo bordado de Gryffindor la compramos aquí. Y en una corbata de rayas burdeos y doradas hemos colocado el broche de Gryffindor, como el de la imagen.
Echamos de menos que también tuvieran algunos libros, como uno que ya teníamos fichado «El Gran Libro de los artefactos» de Norma Editorial que incluye bocetos, curiosidades y descripciones de los objetos que aparecen en las películas de Harry Potter y que nos gusta para verlo tranquilamente en casa.
La anuncian como una gran exposición (1.400 metros cuadrados) y a nosotros se nos hizo corta… ¿tal vez alguna sala más? ¡Nos hubiera encantado una pequeña reproducción del Callejón Diagon!!
Si no podéis ir en estos días no os apuréis, la han prorrogado hasta el 2 de abril
«Travesura realizada.»